
Situada en pleno Casco Histórico de Pasai San Pedro, en su estrecha y pintoresca calle, cerca de la Cofradía de Pescadores y de la Iglesia Parroquial, la casa de Blas de Lezo, de piedra de sillería, presenta un magnífico escudo de la familia, conservado de manera impecable. El edificio es de planta rectangular y tejado a dos aguas, y toma el nombre del más ilustre marino de Pasaia, al que vio nacer: Blas de Lezo.
El Almirante Patapalo D. Blas de Lezo, General de la Armada, nació en Pasaia (Gipuzkoa), en 1689. En 1701 ingresó como guardiamarina y en 1704, ya iniciada la Guerra de Sucesión española, entró en combate como tripulante de la escuadra francesa que se enfrentó a las fuerzas combinadas de Inglaterra y Holanda en batalla librada frente a Vélez Málaga, y en la que perdió la pierna izquierda por una bala de cañón, mostrando en el terrible trance tal sangre fría que admiró al mismo Almirante.
Su intrepidez y serenidad en el combate fueron premiadas con el ascenso a alférez de navío y luego a teniente de navío. Participó en la defensa del Castillo de Santa Catalina en Tolón, donde perdió el ojo izquierdo. Ostentó el mando de diversos convoyes que socorrían a Felipe V en Barcelona, burlando la vigilancia inglesa. En uno de ellos fue rodeado por fuerzas superiores y, apurado, supo salir incendiando alguno de los buques que le seguían, lo que rompió el círculo que le rodeaba.
En 1713 fue ascendido a Capitán de navío, y un año más tarde fue destinado al segundo sitio de Barcelona donde perdió el brazo derecho. En esa época, y al mando de una fragata, hizo once presas a los británicos entre ellas la del emblemático Stanhope, buque bien armado y pertrechado. Terminada la Guerra de Sucesión se le confió en 1723 el buque insignia Lanfranco y el mando de la Escuadra de los Mares del Sur, limpiando de piratas las costas del Pacífico y capturando doce navíos holandeses e ingleses.
Contrajo matrimonio en Perú en 1725 y en 1730 regresó a España siendo ascendido a Jefe de la Escuadra Naval del Mediterráneo. Se trasladó a la República de Génova para exigir el pago de los 2.000.000 de pesos pertenecientes a España retenidos en el Banco de San Jorge, y que en desagravio se hiciera un saludo excepcional a la bandera española sopena de bombardear la ciudad. Ante la enérgica actitud, el Senado genovés cedió de inmediato.
En 1732 y a bordo del Santiago hizo una expedición a Orán comandando 54 buques y 30.000 hombres. Orán fue rendida pero Bay Hassan reunió de nuevo tropas y sitió la ciudad poniéndola en grave aprieto. Blas de Lezo acudió en socorro con seis navíos y 5.000 hombres logrando ahuyentar al pirata argelino tras reñida lucha. Persiguió su nave capitana de 60 cañones que se refugió en la bahía de Mostagán defendida por dos castillos y 4.000 moros. Esto no arredró a Lezo, que entró tras la nave argelina despreciando el fuego de los fuertes incendiándola y causando además gran daño a los castillos. Patrulló luego durante meses aquellos mares impidiendo que los argelinos recibieran refuerzos de Constantinopla hasta que una epidemia le forzó a regresar a Cádiz.
En 1734 el Rey premió sus servicios promoviéndolo a General de la Armada. En 1737 regresó a América con los navíos Fuerte y Conquistador y fue nombrado Comandante General de Cartagena de Indias, plaza que defendió de los embates del almirante inglés Sir Edward Vernon, página gloriosa de las armas españolas.