El almirante Iturriza ordenaría a finales del siglo XVIII colocar en las fachadas de esta casa y la contigua, los escudos de armas que hoy día podemos apreciar.
Se trata de un edificio tipología en planta de "lote gótico" ubicado entre medianeras, de planta rectangular y cubierta a dos aguas con el caballete paralelo a la fachada principal, que está realizado en aparejo de sillería arenisca. En principio presentaba planta baja y dos alturas, que quedaban separadas por platabandas. No obstante, la parte derecha ha sufrido importantes alteraciones, de manera que los pisos quedan desplazados de su altura original y los huecos interrumpen las platabandas. En esta parte los huecos son, en la planta baja, accesos a un bar y, en las superiores, balcones de vivienda. El elemento más interesante es el escudo, con la leyenda "Iturriza".
La Trinidad, también conocido como Convento de las Agustinas, habitado por religiosas agustinas, y situado extramuros de la Villa, fue fundado hacia 1543 por las hermanas Bárbara, Catalina y Mari Juan de Asteasu, apellido que podría hacer referencia al lugar de su nacimiento, aunque algunos autores afirman que eran vecinas de Errenteria.
Su fundación fue muy mal acogida, al no contar con el consentimiento de las autoridades municipales, que ni siquiera fueron consultadas. El Ayuntamiento interpuso entonces un pleito tratando de conseguir -aunque sin éxito- la demolición del monasterio.
Años más tarde un nuevo conflicto enfrentó al convento con el Ayuntamiento, ya que las religiosas optaron por prescindir de los servicios sacerdotales de los clérigos de la Villa, trayendo otros de la orden Agustina e incumpliendo así una de las cláusulas de las capitulaciones firmadas entre ambas partes.
Entre 1588 y 1604 se pensó en trasladar el convento al lugar llamado de San Bartolomé, en Donostia-San Sebastián, después de que se desechara la primera idea de instalar a las religiosas en la basílica de la Magdalena. Se llegó incluso a llamar a Fray Miguel de Aramburu, maestro que hizo los planos de la Casa Consistorial.
Éste debía ocuparse "en dar la traza y orden de lo que de prestado se ha de hacer para bajar las monjas donde se pretende trasladar dicho monasterio". Esta iniciativa, sin embargo, no llegó a fructificar.
La iglesia, reformada hace pocos años, es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos y coro a los pies y en alto. En su austera fachada principal destaca la portada de traza clásica con acceso en arco de medio punto encuadrado por columnas sobre plintos que sostienen un pequeño entablamento.
El Palacio de Zubiaurre, del siglo XVIII y de estilo barroco, es un edificio que cerraba la Villa por uno de sus extremos. Además, protegía una de las puertas de la villa.
Es de planta rectangular y cubierta a tres aguas, formando frontón en el lateral derecho. Consta de planta baja y dos alturas y el aparejo es de sillería arenisca en las fachadas principal y posterior y en los elementos nobles del lateral izquierdo. La fachada principal presenta tres vanos por planta y en eje. Las plantas quedan separadas por platabandas. La fachada remata con cornisa moldurada y alero de madera con los canes tallados y gárgolas en los extremos. En la planta baja lleva un acceso adintelado centrado con puerta tachonada, flanqueado de accesos secundarios y ventana. En el extremo izquierdo lleva un paño perpendicular a la fachada.
En la planta primera se abre un balcón volado y corrido que se prolonga sobre el paño y sobre él, centrado, lleva un escudo bien conservado. La fachada posterior gana una planta debido al desnivel del terreno y presenta tres ejes de vanos. Una platabanda separa las plantas baja y primera y otra corre en lo alto de la fachada, que remata en alero de canes tallados. En la planta baja lleva un amplio acceso adintelado flanqueado por ventanas y sobre estos vanos hay pequeñas ventanas apaisadas para la ventilación. En la primera lleva ventanas, y en la segunda y en la tercera balcón volado apoyado en mensulones, flanqueado por ventanas. En el lateral izquierdo la disposición de los huecos es en cuatro ejes, no muy regulares, resultando la fachada menos interesante.
Martín de Rentería y Uranzu, nacido en el último tercio del siglo XV y conocido como "el capitán de la Renteria", es quien da nombre a esta casa barroca del siglo XVII.
Se trata de un edificio situado entre medianeras, de planta rectangular y cubierta a dos aguas con el caballete paralelo a la fachada principal, que está realizado en aparejo de sillería arenisca. En principio presentaba planta baja y dos alturas, que quedaban separadas por platabandas. No obstante, la parte derecha ha sufrido importantes alteraciones, de manera que los pisos quedan desplazados de su altura original y los huecos interrumpen las platabandas. En esta parte los huecos son, en la planta baja, accesos a un bar y, en las superiores, balcones de vivienda. El elemento más interesante es el escudo, con la leyenda "Iturriza".
La parte izquierda contrasta con su piedra limpia y el alero de canes tallados. Tiene un escudo del mismo estilo, aunque no simétrico, con la leyenda "Uranzuy". Presenta un único eje de vanos que reproducen un acceso adintelado en la planta baja, y balcones volados con baranda de hierro forjado en las alturas primera y segunda. Actualmente la parte izquierda del edificio ha sido restaurada para acoger el Centro del Traje en sus 3 plantas. La planta baja además, conserva un par de arcos de origen del edificio, y esta zona sirve ahora de recepción y área de exposiciones temporales del museo. En las siguientes 3 plantas se puede conocer la evolución de la indumentaria en un viaje a través de los siglos descubriendo la historia de la moda y la forma de vestir en Euskal Herria.
La Casa Morrontxo compagina la caliza y la arenisca como materiales de construcción. Presenta una planta prácticamente cuadrangular. Cierra la villa por uno de sus extremos, en la cabecera de una de las manzanas exteriores del Casco Medieval. Consta de planta baja y tres alturas. Los muros son muy gruesos, de sillería arenisca en la fachada principal y de mampostería vista con sillar en las esquinas y cercos de los vanos en las otras fachadas. Los elementos medievales están muy modificados.
En la fachada principal, además de una serie de ventanas y balcones, que son posteriores, destacan los siguientes vanos originales: un amplio acceso en arco apuntado adovelado y una ventana de medio punto abocinada en planta baja. En la primera conserva indicios de lo que pudieron ser un acceso a cadalso y una ventana geminada. En la segunda tiene un hueco en arco conopial con flor de lis, otro en arco deprimido y una ventana de medio punto geminada y recrucetada. En la planta superior se abren una serie de pequeños vanos de medio punto cegados. Hay dos pares de líneas de modillones, una sobre la puerta alterada y otro en la planta superior, que sostendrían el cadalso. Estas líneas de modillones se mantienen en las demás fachadas. La fachada principal remata con gárgolas. En estas torres destacan sus dimensiones tanto en la planta como en altura. En el interior se conserva el primer tramo de la escalera de piedra.