Fueron construidos durante la última Guerra Carlista (1872-1876), pues tan pronto como Irún se vio amenazado por las acciones militares de las tropas carlistas, su Ayuntamiento solicitó al Gobierno la construcción de diversas obras de defensa. Por Orden de 8 de abril de 1873, se autorizó la ejecución de las obras de defensa de Irún, con la condición de que tenían que llevarse a cabo con arreglo a las instrucciones del Cuerpo de Ingenieros militares.
La planta de todos ellos es hexagonal de entre 3, 3 m y 3, 5 m de lado, excepto la situada más cerca de Guadalupe cuya planta es cuadrada. Tenían todos ellos dos plantas de altura y terraza; tan solo se conservan los muros perimetrales levantados en piedra arenisca, el interior está totalmente vacío. En la planta baja se abrían algunos pequeños orificios rectangulares que servían de ventilación y para la observación.
En el exterior se puede observar una zapata de altura variable, ligeramente más ancha que el torreón y cuya altura sobre el terreno dependía de las irregularidades de éste. El acceso no se realizaba por la planta baja sino que se abría en la primera planta a la que se accedía por una escalera escamoteable, con objeto de hacer más difícil el acceso al edificio. En esta misma planta se abrían dos o tres aspilleras en cada cara. La terraza se adelanta ligeramente sobre la fachada sostenida por tres modillones en cada lado del polígono y uno en cada vértice abriéndose entre cada uno de ellos un orificio aproximadamente circular que servía para la evacuación de las aguas pluviales.